Reino Unido ofrece académicamente algo que no encontré en otro país: una amplia oferta de maestrías en estudios interdisciplinarios. Por mucho tiempo estuve interesada en algo llamado Humanidades Ambientales (la intersección entre Humanidades y estudios Ambientales), y específicamente en la ecocrítica (el estudio de la naturaleza en la literatura), pero en México, de donde soy originaria, no hay alguna universidad que se especialice en este campo. 

Asimismo, quería una maestría que me diera herramientas prácticas para el campo laboral, y no sólo teoría. Estos requisitos demasiado específicos los encontré en la maestría en Ambiente, Cultura y Sociedad en la Universidad de Edimburgo, un programa muy completo que tiene cursos en arte y ambiente, ecología política y filosofía ambiental. Asimismo, tuvimos salidas de campo y encuentros con artistas que complementaron de forma muy bonita las clases teóricas.

Lo que más me gustó de estudiar ahí es que los programas suelen tener una perspectiva multidimensional. Los problemas y soluciones ambientales, por ejemplo, no son sólo cuestiones técnicas, sino humanas y sociales.

Aunque sabía que existen programas similares en Estados Unidos, elegí Reino Unido por cómo se vive ahí, y de ello quiero hablarles.
 

Una ciudad de distancias cortas

Nací en el Estado de México, y durante mi vida universitaria pasaba 3 horas diarias en el tráfico para ir y volver de mi escuela. En Edimburgo, en cambio, me tomaba 25 minutos caminar de mi casa al campus, y 15 si iba en bicicleta. Este pequeño gran cambio en mi vida me permitió hacer muchas otras cosas: unirme a asociaciones estudiantiles, tener más vida social, tener más tiempo comer bien y para ejercitarme, ¡e incluso pude mantener un trabajo de medio tiempo!

También tuve la suerte de que mi casa y la biblioteca estaban muy cerca de uno de los grandes parques de Edimburgo, por lo que, si me sentía estresada, a veces me bastaba salir a caminar 15 minutos y volver al estudio. 

Por otra parte, el sistema de transporte aquí es muy eficiente y con muchas opciones, lo que me permitió hacer muchos planes con mis amigos, porque sabía que podía moverme a cualquier lugar con mucha facilidad. En este mismo sentido, al estar cerca de la estación de trenes, si me entraban ganas de ir a un pueblito como Stirling o Perth en fin de semana o hacer una pequeña caminata en Linlithgow podría desplazarme fácilmente. 

Mis días de estudio en una ciudad hermosa

Si algo no faltaba en los diversos campus de la Universidad de Edimburgo eran lugares para estudiar. Ya sea en sillones, mesas, bibliotecas, edificios de estudio, cafés, en cualquier lugar puedes acomodarte para estudiar antes, después o entre clases. En mi escuela, además, teníamos algo llamado Hub, donde podías acceder con tu credencial y adentro además de computadoras y lugares de estudio, había una pequeña cocina en a que los estudiantes pueden guardar, calentar su comida, preparar té, café y después lavar sus trastes. Algo muy similar existía en un edificio dedicado para lugares de estudio donde también había horno de microondas, agua caliente y mesas para comer. Esto me facilitó la vida, ya que los días que no tenía clase, me llevaba mi comida y así podía pasar todo el día estudiando, escribiendo mis ensayos y tomando descansos para comer y hacerme un café antes de volver a casa. 

Cada cierto tiempo cambiaba de lugar de estudio para conocer otros campus o incluso para tener diferentes rutas por la ciudad. Por ejemplo, a veces yo iba a la biblioteca de Arquitectura, Arte y Diseño porque me gustaba pasar por la Old Town. A veces antes o después de mi sesión de estudio daba una caminata por ahí y disfrutaba de las vistas. 
 

Una universidad inclusiva y humana

La Universidad de Edimburgo tiene un departamento de Disability & Learning Support Service al que te puedes acercar si tienes problemas de aprendizaje, hay cabinas especiales en la biblioteca; también hay servicios de wellbeing por si no la estás pasando bien. Esto me permitió, por ejemplo, a mí, que tuve problemas de salud mental y física, poder pedir ayuda y acompañamiento en mis estudios. Sin duda esto me permitió tener un mejor desarrollo académico y personal.
 

Mi hogar temporal

Tuve la suerte de “heredar” el apartamento de una chica que tuvo la misma beca que yo (Chevening). Así que recomiendo contactar a becarios o estudiantes para preguntarles si saben de algún tipo de accommodation. ¡Quizá ellos estén por dejar la suya! 

Preferí quedarme en un apartamento privado, por temas de privacidad, limpieza, y tener la oportunidad de recibir amistades o familia. Además, al decidir quedarme más de un año, fue bastante cómodo, pues los amigos que se quedaron en student accomodation tuvieron que mudarse de su cuarto una vez terminó el año de contrato, pero yo pude extenderlo.

Ya sea que te quedes en un edificio de estudiantes o en un apartamento privado, te recomiendo que elijas uno cercano a tu campus. Revisa bien dónde tomarás clases. 
 

No tengas miedo al acento escocés

Al principio tenía mucho miedo de hablar, porque mi pronunciación no es la mejor, ni tampoco mi nivel de inglés, pero en Escocia, la gente es muy paciente. Intenta escuchar con atención y preguntar si no conoces alguna frase o palabras. Seguro que los escoces intentarán hacerse entender. Además, al ser Edimburgo una ciudad tan multicultural, Seguro encontrarás a gente de todas partes del mundo, incluso gente que hable tu mismo idioma. 
 

Tampoco le tengas miedo al clima

En Edimburgo dicen que si no te gusta el clima sólo esperes 15 minutos. Así de cambiante es. Puede amanecer soleado, luego llover, luego vientos feroces, y luego tener un atardecer bellísimo todo en un mismo día. Así que no te confíes nunca y lleva tu impermeable siempre. No te recomiendo comprar sombrilla porque se rompen con el viento, pero un buen impermeable y quizá unas botas te harán la vida mucho más fácil. Revisa siempre las condiciones de viento porque puede hacer sol y una temperatura favorable, pero si hace viento, tendrás frío. En verano aprovecha al máximo los días de sol y organiza picnics o caminatas con tus compañeros de clase o amigos.

También prepárate para el invierno, porque oscurece a las 3:30 de la tarde y el sol sale a las 9 de la mañana. Puede parecer terrible, pero yo aprendí a disfrutarlo poniendo velas aromáticas (no aplica si estás en edificio de estudiantes porque entonces sonará la alarma antiincendios), inciensos y tomando mucho chocolate caliente con malvaviscos y vino caliente. Eso sí, intenta seguir saliendo y hacer planes con tus amigos, aunque llueva y haga viento. Eso te mantendrá en un estado mental balanceado. Por otra parte, en verano los roles se invierten, así que tendrás días larguísimos y podrás ver atardeceres a las 11 de la noche. 

Algunos tips que me hubiera gustado saber

• Busca los supermercados más baratos aunque tengas que usar autobús. A veces sale mejor invertir en el sistema de transporte que ir a lugares cercanos, pero caros. 

• Visita sin miedo las Charity Shops. Hay mucha ropa de muy buena calidad y muy barata. Ve lo más pronto posible, ya que es cuando los estudiantes salientes dejan sus cosas, así que encontrarás de todo: platos, cestas, organizadores, chamarras, impermeables, etc. 

• Antes de comprar algo nuevo, ¡busca en grupos de Facebook!

• Busca y usa todos los descuentos para estudiantes. No te imaginas cuánto puedes ahorras. En plataformas de streaming, farmacias, servicios de entrega a domicilio, telefonía celular, y un largo etcétera. 

• Los meal deals te salvarán la vida. Guarda esto.

• Por último, tarde o temprano extrañarás casa, así que empaca esas especias, latas, harinas, salsas y demás productos que serán difíciles de conseguir aquí. Es mejor venir con muchas cosas que puedas gastar aquí, para que luego regreses a tu país con cosas que no encontrarás allá.

• Bueno, otro más: no acumules cosas de más. Piensa que tarde o temprano regresarás a tu país de origen, así que adquiere lo necesario para vivir aquí y vende, dona o regala lo que ya no ocupes antes de irte. 
   

¡Gracias, Across the Pond!

Me parecía imposible recibir asesoría personalizada y ayuda constante sin que me cobraran por ello, y he visto que muchas personas temen que la ayuda que ofrece Across the Pond no sea real, pero puedo prometerte que todo es absolutamente legal. 

Mi asesor me ayudó de principio a fin mientras realizaba en paralelo mi proceso de aplicación a la beca. Su amplia experiencia me facilitó muchos procesos, me dio tips muy valiosos antes, durante y después de la aplicación, e incluso me ayudó a tomar mejores decisiones. 

¡Muchas gracias por su invaluable ayuda y por responder todas mis dudas! 

-Karla